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Consejos & Preguntas

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Junta Anual de la Sociedad Religiosa de Amigos (Quakers) en Gran Bretaña.

1. Haced caso, queridos Amigos, de las incitaciones del amor y de la verdad que hay en vuestros corazones. Confiad en ellos como si fueran la guía de Dios, cuya Luz nos muestra nuestra oscuridad y nos trae la nueva vida.

2. Pon toda tu vida a la disposición del espíritu de Cristo. ¿Estás abierto/a al poder curativo del amor de Dios? Fomenta todo aquello de Dios que hay dentro de ti, para que este amor pueda crecer y guiarte. Deja que tu adoración y tu vida cotidiana se enriquezcan mutuamente. Atesora toda experiencia que tengas de Dios. Recuerda que el Cristianismo no es una idea sino un camino.

3. ¿Das tiempo a momentos de quietud para abrirte al Espíritu Santo? Todos necesitamos encontrar un camino hacia el silencio que nos permita profundizar nuestro reconocimiento de lo divino y encontrar la fuente interior de nuestra fuerza. Procura conocer una quietud interior, incluso durante las actividades de la vida cotidiana. ¿Tratas de despertar dentro de ti, y en otros, un hábito de dependencia de la dirección de Dios día por día? Procura mantenerte ante – y exponer a otros a – la Luz de Dios, sabiendo que Dios abriga a todos.

4. La Sociedad Religiosa de Amigos se arraiga en el Cristianismo, y siempre ha encontrado inspiración en la vida y enseñanzas de Jesús. ¿Cómo interpretas tu fe a la luz de esta herencia? ¿Cómo te habla Jesús a ti hoy en día? ¿Sigues su ejemplo de amor práctico? ¿Al contemplar su vida, estás aprendiendo la realidad y el costo de la obediencia a Dios? ¿Qué desafío e inspiración recibes tú al comprender la relación de Jesús con Dios?

5. Busca oportunidades para aprender de las experiencias que tienen otros sobre la Luz de Dios. Recuerda la importancia de la Biblia, los escritos de los Amigos y todos los escritos que revelan los modos de obrar de Dios. Al aprender de otros, ¿eres capaz de ofrecer libremente a los demás lo que tú mismo/a has recibido? Sin dejar de respetar las experiencias y opiniones de otros, no temas expresar lo que tú hayas descubierto y lo que tú valoras. Ten en mente que el dudar e interrogar pueden encaminarnos hacia el crecimiento espiritual y a un conocimiento más grande de la Luz que existe dentro de todos nosotros.

6. ¿Trabajas de buena gana con otros grupos religiosos en la búsqueda de objetivos comunes? Procura encontrar maneras de compartir imaginativamente en la vida y el testimonio de otras comunidades de fe, sin abandonar las ideas y conocimientos de los cuáqueros.

7. Aprende a reconocer la obra del espíritu de Dios en todas las actividades y experiencias de tu vida cotidiana. El aprendizaje espiritual continúa a lo largo de la vida, y con frecuencia de modos inesperados. Por todos lados se puede encontrar inspiración: en el mundo natural, en las ciencias y artes, en nuestro trabajo y amistades, en nuestras penas así como en nuestras alegrías. ¿Te mantienes abierto/a a luz nueva, de cualquier fuente de la que pueda provenir? ¿Tratas de recibir ideas nuevas con discernimiento?

8. En el culto respondemos a lo que comprendemos acerca de Dios. Podemos adorar solos, pero cuando nos unimos a otros en una quieta expectativa puede que descubramos la presencia de Dios de una manera más profunda. Buscamos una quietud conjunta en nuestras reuniones de culto para que todos podamos sentir el poder del amor de Dios uniendo y guiándonos.

9. En el culto todos entramos con reverencia en una comunión con Dios y respondemos a los impulsos del Espíritu Santo. Ven a la reunión con mente y corazón ya preparados. Rinde tu ser y todas tus preocupaciones exteriores a la guía de Dios para que así puedas comprobar “el mal debilitándose y el bien aumentando dentro nuestro”.

10. Sigue concurriendo a la reunión de culto con regularidad, incluso cuando estés enfadado/a, deprimido/a, cansado/a o espiritualmente frío/a. En el silencio, pide y acepta al apoyo devoto de todos los demás reunidos allí contigo. Procura encontrar una entereza espiritual que abarque tanto el sufrimiento como la gratitud y la alegría. La plegaria, emergiendo de un lugar profundo del corazón, puede que traiga cura y unidad, tal y como nada más pueda hacerlo. Deja que la reunión de adoración alimente toda tu vida.

11. Sé honesto contigo mismo/a. ¿Qué verdades desagradables estás evadiendo? Al reconocer tus faltas, no te desanimes. En el culto compartido se puede encontrar la seguridad del amor de Dios y la fuerza para seguir con un coraje renovado.

12. Cuando estés preocupado/a y distraído/a en la reunión, deja que los pensamientos descarriados y perturbadores den paso serenamente a una conciencia de la presencia de Dios entre todos y en el mundo. Recibe el ministerio vocal de los demás con espíritu bondadoso y creativo. Procura encontrar el significado profundo dentro de lo dicho, reconociendo incluso que si no es la palabra de Dios para ti, puede que esté dirigida a algún otro. Recuerda que la responsabilidad por el culto la compartimos todos – sea que nuestro ministerio se lleve a cabo en silencio o por medio de la palabra.

13. No creas que el ministerio vocal no tenga nada que ver contigo. Es posible que el hablar con honradez y sinceridad, no importe cuán brevemente, abra el paso para más contribuciones de parte de otros. Cuando el impulso te venga de hablar, espera pacientemente a estar convencido/a que es el momento indicado, y no dejes de hacerlo por sentir que eres de poco valor. Ora para que tu ministerio surja verdaderamente de lo profundo, y ten fe que se te darán las palabras necesarias. Procura hablar con audibilidad y claridad, y con sensibilidad hacia las necesidades de los demás. Guárdate de siempre decir lo mismo, de hablar con demasiada frecuencia, y de querer añadir algo cerca del fin de un culto cuando ya todo se ha dejado claro.

14. ¿Se llevan a cabo las reuniones sobre asuntos de iglesia como verdaderas reuniones de culto, buscando la dirección de Dios? Recuerda que no buscamos la decisión de la mayoría, ni siquiera un consenso. Cuando aguardamos pacientemente la dirección divina, tenemos constancia que podemos ser guiados hacia modos de obrar apropiados con los que, unidos, estaremos todos de acuerdo.

15. ¿Participas tantas veces como te es posible en las reuniones dedicadas a los asuntos de la organización? ¿Estás lo suficientemente familiarizado/a con nuestras maneras de gobernarnos como para contribuir en sus procesos de ordenamiento? ¿Das consideración a las preguntas difíciles con un conocimiento adecuado sobre las mismas, así como con un espíritu generoso y bondadoso? Cuando el grupo en la reunión busca el camino adecuado a seguir, ¿estás dispuesto/a a dejar que tus ideas y deseos personales se consideren junto con los de los demás, y a dejar que sean desechados? Si no puedes concurrir a la reunión, apóyala con tus oraciones.

16. ¿Te regocijas con la diversidad cultural y lingüística, así como con las diferentes expresiones de fe en nuestra junta anual y en la comunidad mundial de Amigos? Busca enriquecer tu entendimiento y beneficiarte de esta abundante herencia y amplio espectro de intuiciones espirituales. En tus oraciones, apoya tu propia reunión, así como otras juntas anuales.

17. ¿Respetas lo que hay de Dios en cada ser humano, aún cuando esté expresado de un modo desconocido para ti o que sea difícil de discernir? Cada uno de nosotros tiene una experiencia particular de Dios y debemos encontrar el modo de ser auténticos ante dicha experiencia. Cuando las palabras de otros resultan extrañas o ajenas, procura comprender de dónde surgen y qué es lo que ha alimentado la vida de otros. Escucha pacientemente y busca la verdad que las opiniones de otros puedan ofrecerte. Evita las críticas hirientes y el lenguaje provocativo. No permitas que la fuerza de tus convicciones te traicione y te haga afirmar o alegar cosas injustas o falsas. Recuerda que es posible que estés equivocado/a.

18. ¿Cómo podemos lograr que la reunión sea una comunidad en la que cada persona se sienta aceptada y alimentada espiritualmente, y en la que los extraños puedan sentirse bienvenidos? Buscad cómo entendernos mejor en el tema de lo eterno, aceptad la carga mutua de las fallas de otros y orad unos por otros. Si con tierna simpatía logramos ponernos en contacto con las penas y alegrías de las vidas de los demás, dispuestos a prestar y recibir ayuda, nuestra comunidad podrá llegar a ser un conducto hacia el amor y el perdón de Dios.

19. Alégrate ante la presencia de niños y gente joven en las reuniones y ten en mente los dones que ellos representan. Recuerda que como tal, la comunidad comparte una responsabilidad por cada niño y joven que estén a su cargo. Busca para ellos, así como para ti mismo/a, un desarrollo completo de los dones que Dios nos ha dado y de la vida abundante que Jesús nos dice puede ser nuestra. ¿Cómo compartes con ellos tus creencias más arraigadas, dándoles al mismo tiempo libertad para desarrollarse según el Espíritu Santo los guíe a ellos? ¿Les invitas a compartir sus ideas contigo? ¿Estás preparado/a a aprender de ellos y a aceptar tus responsabilidades hacia ellos?

20. ¿Dedicas suficiente tiempo en los encuentros como para compartir – tanto con los recién llegados como con los miembros más veteranos – tu entendimiento de nuestro modo de culto, de la necesidad de servir y de ser fieles al testimonio de la Sociedad? ¿Donas una proporción justa de tu dinero para apoyar el trabajo de los cuáqueros?

21. ¿Cultivas tus amistades para que crezcan en profundidad, entendimiento y respeto mutuos? Al profundizar nuestras relaciones y amistades nos exponemos a un riesgo tanto de sentir dolor como de encontrar gozo. Al compartir alegrías o penas grandes, es posible estar más abiertos a la obra del Espíritu Santo.
22. Respeta la amplia diversidad que hay en nuestras vidas y relaciones. Abstente de hacer valoraciones con prejuicios sobre el trayecto de la vida de los demás. ¿Adoptas el espíritu de comprensión y perdón mutuo requerido por pertenecer a un grupo de discípulos? Recuerda que cada uno de nosotros es único/a, valioso/a, un hijo o una hija de Dios.

23. El matrimonio siempre ha sido considerado por los Amigos como un compromiso religioso más que como un mero contrato civil. Se espera que ambas partes demuestren la intención seria de, con la ayuda de Dios, cuidarse uno al otro por el resto de sus respectivas vidas, teniendo en cuenta que la felicidad depende de un amor comprensivo y leal por ambas partes. Recuerda en los momentos difíciles el valor de la oración, de la perseverancia y de cierto sentido del humor.
24. Los niños y jóvenes necesitan amor y estabilidad. ¿Estamos haciendo todo lo posible para apoyar y sostener a los padres y a los otros que llevan la responsabilidad de proporcionar dicho cuidado?

25. Una relación a largo plazo conlleva tensiones, así como satisfacciones. Si la relación con tu pareja está en un momento bajo, busca ayuda para entender el punto de vista del otro y para comprender tus propios sentimientos, los cuales podrían ser poderosos y destructivos. Los deseos y emociones de cualquier niño que esté involucrado deben ser considerados, como también sus necesidades constantes de amor y seguridad duraderos. Busca la dirección de Dios. Si estás sufriendo el dolor de una separación o un divorcio, intenta mantener algún tipo de comunicación compasiva para que los acuerdos puedan llevarse a cabo con la menor amargura posible.

26. ¿Estás alerto/a a las necesidades y los talentos de cada miembro/a de tu familia y hogar sin olvidar los tuyos propios? Intenta hacer de tu hogar un lugar de amistad y regocijo con amor, donde todos aquellos que vivan en él o lo visiten puedan encontrar la paz y el aliento de la presencia de Dios.

27. Vive tu vida arriesgadamente. Cuando se presentan alternativas, ¿tomas el camino que ofrece la oportunidad de poner todos tus dones al servicio de Dios y de la comunidad? Permite que tu vida misma hable. Cuando es necesario tomar decisiones, ¿estás dispuesto/a a unirte con otros buscando claridad, pidiendo la guía de Dios y aconsejando uno al otro?

28. Cada tramo de nuestra vida ofrece nuevas oportunidades. Respondiendo a una guía divina, procura discernir el momento adecuado para comprometerse o renunciar a responsabilidades sin sentir ningún orgullo o culpa. Atiende a las demandas que el amor te hace, que puede que sea no mucha actividad.

29. Acércate a la vejez con coraje y esperanza. Dentro de lo posible, haz con anticipación los arreglos necesarios para tu bienestar y cuidado, para no llegar a ser una carga excesiva para otros. Aunque la vejez puede conllevar un aumento de discapacidad y soledad, también puede traer serenidad, objetividad y sabiduría. Ora para que en tus últimos años puedas encontrar nuevas maneras de recibir y reflejar el amor de Dios.

30. ¿Eres capaz de contemplar tu muerte y la muerte de los más cercanos tuyos? El aceptar la realidad de la muerte, nos libera para vivir de una manera más plena. En el momento de pérdida, date tiempo para el pesar. Cuando sean otros los afligidos, permite que tu amor los consuele.

31. Nosotros los cuáqueros somos llamados a vivir `en virtud de esa vida y ese poder que desechan la ocasión de cualquier tipo de guerra’. ¿Mantienes fielmente nuestro testimonio de que la guerra y sus preparativos están en oposición al espíritu de Cristo? Examínate por si hubiera en tu propio modo de vida aquello que pudiera contener las semillas de la guerra. Mantente firme en nuestro testimonio, inclusive cuando otros cometan, o se estén preparando a cometer actos violentos, pero recuerda que ellos también son hijos e hijas de Dios.

32. Presenta ante la Luz de Dios tus emociones, actitudes y prejuicios individuales que tan a menudo forman la base de conflictos destructivos, reconociendo tu propia necesidad de perdón y gracia. ¿De qué manera estás involucrado/a en el trabajo de reconciliación entre individuos, grupos o naciones?

33. ¿Estás alerto/a a prácticas que se llevan a cabo aquí y alrededor del mundo y que discriminan a la gente por lo que son o lo que creen? Sé testigo/a de la humanidad de todo individuo/a, incluso aquellos que rompen las convenciones o leyes de la sociedad. Procura descubrir nuevos puntos de crecimiento en la vida social y económica. Trata de comprender mejor las causas de la injusticia, del devaneo y el miedo social. ¿Te esfuerzas por lograr una sociedad más justa y misericordiosa que permita a todo ser humano desarrollar sus capacidades y apoyar sus deseos de ser útiles?

34. Recuerda tus responsabilidades como ciudadano/a y toma tu parte en asuntos locales, nacionales e internacionales. Procura no evadir el tiempo y esfuerzo demandados por involucrarte en tales asuntos.

35. Respeta las leyes del Estado, pero reserva tu lealtad primaria a los fines de Dios. Si te sientes forzado/a por tus fuertes convicciones a romper la ley, examínate en lo más profundo de tu conciencia. Solicita las oraciones del grupo, cuyo apoyo te ayudará a descubrir la mejor manera de actuar.

36. ¿Apoyas a aquellos que se dedican a hacer algo por alguna inquietud de la que están convencidos, incluso si sus métodos no son los tuyos? ¿Eres capaz de dejar a un lado tus deseos y prejuicios al mismo tiempo que junto a otros buscas encontrar la voluntad de Dios para ellos?

37. ¿Eres honesto/a y fiel en todo aquello que dices y haces? ¿Mantienes una integridad estricta en las transacciones de negocios y en tus tratos con individuos y organizaciones? ¿Usas el dinero y la información que se te han dado con discreción y responsabilidad? Prestar juramento implica un doble criterio de veracidad: si en cambio eliges afirmar en lugar de jurar, ten en cuenta lo que esto representa en relación a tu integridad.

38. Si por ser presionado/a estés tentado/a a bajar tu criterio de integridad, ¿estás listo/a a resistir tal presión? Nuestras responsabilidades hacia Dios y a nuestro prójimo pueden llegar a involucrarnos en una toma de posiciones poco populares. No permitas que tu deseo de ser sociable, o el miedo de parecer raro/a, determinen tus decisiones.

39. Considera cuál de los caminos hacia la felicidad que el mundo ofrece son realmente satisfactorios y cuáles son potencialmente corruptos y destructivos. Sé selectivo/a al elegir medios de entretenimiento y de información. Resiste el deseo de adquirir posesiones o ingresos por medio de inversiones poco éticas, especulaciones o juegos de azar.

40. En vista del daño causado por el uso del alcohol, el tabaco y otra drogas hábito dependientes, considera si deberías restringir tu propio uso o abandonarlas por completo. Recuerda que cualquier uso de alcohol o drogas puede perjudicar el razonamiento y poner tanto al consumidor como a otros en peligro.

41. Procura vivir con sencillez. Una vida sencilla elegida libremente es un manantial de fuerzas. No te dejes persuadir por comprar lo que no necesitas o lo que no te conviene. ¿Te mantienes al tanto de las consecuencias que tu estilo de vida tiene sobre la economía global y el medio ambiente?

42. No somos los dueños del mundo, y sus riquezas no nos pertenecen como para disponer de ellas tal como se nos ocurra. Ten consideración tierna de todo lo viviente, e intenta mantener la belleza y la variedad en el mundo. Trabaja para asegurar que nuestro creciente poder sobre la naturaleza se use con responsabilidad y veneración a la vida. Regocíjate en el esplendor de la creación continua de Dios.

“Dondequiera que vayáis, sed modelos, ejemplos, en todos los países, islas o naciones, que vuestro porte y vuestra vida sean una predicación a todo clase de gente y a todos ellos; así caminaréis alegremente por todo el mundo, respondiendo a lo que ya hay de Dios en cada ser humano”. George Fox, 1656.